martes, abril 25, 2006

VISITA A ALMODÓVAR Y AGUILAR DE LA FRONTERA

El pasado 26 de Noviembre de 2005, un grupo de alcaudetenses, amantes de la cultura, los viajes y la gastronomía, pasamos un día de asueto en las localidades de Almodóvar del Río y Aguilar de la Frontera en la provincia de Córdoba.A las 8 de la mañana, con puntualidad alcaudetense, nada que envidiar a los ingleses, partía la expedición del Parque Nuestra Señora de la Fuensanta. La primera parada en el Bar La Galga en Santa Cruz, para reponer fuerzas, con unas buenas tostadas de aceite y tomate y acto seguido continuar camino hasta Córdoba, para desde allí dirigirnos hacia Almodóvar del Río.

Como llegamos con tiempo suficiente, hacemos una visita tranquila al pueblo de empinadas cuestas, destacando sobre todo, su impresionante castillo de origen islámico "El Castillo de Al-Mudawwar" que posteriormente dio nombre al municipio. El nombre árabe, significa el redondo, por el promontorio rocoso de riolita, sobre el que está edificado, que hizo que el Castillo solo se conquistara por capitulación.El Castillo es privado, pertenece al Marquesado de la Motilla y en 1900 el Conde de Torralba, encargó al arquitecto Adolfo Fernández Casanova su restauración.

Alfonso, guía que amablemente y con gran cariño, aunque dice que no es guía profesional, nos recibe en la puerta y nos cuenta toda la historia de los orígenes del Castillo. Se emplearon 29 años en su restauración y un importe de 1.200.000 pesetas de principios del Siglo XX, siendo cosa curiosa, que la restauración del Castillo, no solo sirvió para recuperar el patrimonio histórico-artístico, para disfrute de futuras generaciones, sino que durante ese tiempo, todo el pueblo trabajó en la restauración, con lo que ayudó en la economía local, de una manera importantísima.

Su abuelo, participó en la obra y ahora él, también trabaja en el Castillo.Después de dos horas de visita, donde se nos explica con todo detalle las dependencias del Castillo, nos disponemos a disfrutar de una comida medieval, servida en el patio de armas.

Sentados en mesas rectangulares y ataviados con una gran babero blanco, cada uno, nos preparamos a comer, cuando un personaje "Merlón el Bufón", nos quiere "amenizar" la comida, aunque yo diría mas bien "aguar", pues algunos de los comensales, incitados por él, en singular torneo medieval, acaban empapados más que saciados de comer.

Cualquier torneo medieval que se precie, no puede pasar sin contienda medieval con "el enemigo", originario de varias ciudades andaluzas, a los que nosotros, con la caballerosidad que nos caracteriza dejamos vencer en las pruebas celebradas (soga, agua, plátano), menos en el torneo individual de agua, por aquello del honor.

Merlón el Bufón, pagó cara su insolencia y tuvo que probar en sus carnes las mismas pruebas por las que nos hizo pasar, no olvidando donde estaba Alcaudete y a los alcaudetenses.Al final la paz imperó y coronamos rey y reina, para sellar la alianza entre los dos bandos.Acabada la comida, dejamos Almodóvar, con una última mirada a su Castillo y nos dirigimos hacia Aguilar de la Frontera, donde Marcelo Romero, nos espera para enseñarnos la ciudad.

Al igual que Alfonso, nos hace la visita muy agradable, con anécdotas y curiosidades, y esto me hace pensar en lo importante que es la atención personal al turista, no solo ver muchos paneles, pantallas táctiles, vídeos, etc, sino escuchar y sentir de una persona su impresión y cariño por su pueblo, que es capaz de contagiar a los visitantes.Marcelo, nos hace una visita de una hora por Aguilar, explicándonos su pasado, sus monumentos (Iglesia del Soterraño, Convento de las Descalzas, Torre del Reloj y su impresionante Plaza de San José).

La Plaza de San José, conocida como plaza ochavada, es junto con la de Archidona, una inmensa plaza poligonal de ocho lados, proyectada en 1808 por Vicente Gutiérrez de Salamanca, magníficamente conservada. La pena es que está totalmente inundada de vehículos, lo que impide ver con todo detalle su esplendor.Aguilar cuenta también con numerosas casas señoriales, como la "Casa de las Cadenas", "La Tercia" o "El Palacete", que hacen que la visita al pueblo sea muy agradable.

Acabamos nuestra visita y nos volvemos a Alcaudete, deseosos de realizar el siguiente viaje, para lo que pretendemos constituir una Asociación Cultural y seguir con nuestras aficiones culturales, turísticas y gastronómicas. Hasta la próxima. José A. Ruiz